Nacimos en 1999, hace ya dos décadas y, desde entonces, hemos recorrido un camino muy rico en encuentros, experiencias y retos.

A lo largo del proceso hemos aprendido de todas y cada una de las mujeres supervivientes de la trata, más de 1.065 mujeres, a las que hemos conocido y acompañado, ofreciéndoles apoyo integral en su recuperación.

El proyecto ha ido mejorando, evolucionando y adaptándose de la mano de los cambios de contexto, de las necesidades y de las demandas de las mujeres, y también aprendiendo de ensayos, errores, logros y aciertos. Nuestra identidad y nuestra misión se han visto confirmadas y reforzadas a lo largo de este tiempo, incorporando experiencias y aprendizajes y desprendiéndonos de lo obsoleto.

Sentimos ahora que este bagaje de conocimiento necesita expresarse con una nueva identidad visual, un nuevo logotipo. La renovación de nuestra imagen es fruto de este proceso. Significa una mirada hacia el futuro, moderna y actual, que facilite nuestra labor de comunicación, sensibilización e incidencia.

Seguimos evolucionando, fieles a la misión de luchar contra la trata, apoyando a las mujeres supervivientes en su proceso de recuperación integral y trabajando por el reconocimiento efectivo de sus derechos. La conmemoración de nuestro 20 aniversario es una oportunidad para presentar nuestra imagen renovada.

Con el proceso de rediseño se ha querido mantener la esencia de los valores y elementos clave de nuestra misión: la mujer como protagonista y el horizonte que se abre como un nuevo amanecer, una nueva oportunidad para retomar las riendas de su vida, como supervivientes de la trata, con el apoyo y el acompañamiento de Proyecto Esperanza- Adoratrices. Ambos símbolos, el de la mujer y el amanecer, estaban en la anterior versión del logo, pero ahora han cobrado un mayor protagonismo, gracias a la expresividad y simetría que mantienen entre ellos.
El cambio de tipografía responde a un reflejo de la experiencia acumulada, no sólo por el transcurso de los 20 años, sino más bien por la reflexión y la autoevaluación constante desde la que trabaja la entidad. Se opta por una tipografía con líneas más depuradas para expresar con mayor claridad y legibilidad el nombre del proyecto: PROYECTO ESPERANZA y su pertenencia a la entidad de ADORATRICES.

El color morado ha sido y continuará siendo uno de los elementos de la nueva identidad visual corporativa, asociado a la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres. El morado es a su vez el color de la transformación, y se refuerza en esta nueva imagen con el naranja, su color complementario, que ayuda a expresar claramente el símbolo del amanecer y ayuda a potenciar la estética del logo.

La composición de todos los elementos: tipografía, símbolos y color está armonizada para dejar que cada uno cumpla su función y añada al conjunto. Existe un equilibrio entre la parte más emocional y humana, representada por el símbolo de la mujer y del amanecer, que contrasta con la experiencia, rigor, claridad y profesionalidad de la tipografía.

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