Espiritualidad como parte de su recuperación y crecimiento como ser humano
Hace días que empezó el Ramadán. Varias mujeres de la casa se han organizado para seguir este mes de ayuno. La religión musulmana prescribe para todos sus creyentes adultos, el abstenerse de comer y beber desde la salida del sol hasta su puesta.
El equipo integra profundamente un respeto hacia la diversidad cultural y respeto por la libertad religiosa y facilita este tiempo tan especial para las mujeres musulmanas. La espiritualidad es parte integrante de la identidad de cada persona y forma parte de su crecimiento como ser humano.
Ana Almarza añade: Acompañamos cada día cualquier necesidad que las mujeres musulmanas nos soliciten para practicar sus rituales religiosos como adaptar los horarios de comidas para el ramadán, una alfombra o pañuelos que cubran su cabeza. No es algo excepcional por el ramadán. Diariamente nuestros menús se adaptan a los distintos requisitos de las religiones de las mujeres con las que vivimos.
Seguimos aprendiendo, respetando este tiempo y creciendo juntos, percibiendo la riqueza y la diversidad, cuidándola activamente, atendiendo las prácticas, las dietas, los tiempos litúrgicos de cada creencia, porque creemos en modos de encuentro e intercambio profundamente arraigados en los derechos humanos. Seguimos. Feliz Ramadán.