Tal y como os contamos en mayo de este año empezamos a colaborar con Nirakara a través de un programa para entrenar el cultivo de la Compasión (ECC). Este curso está diseñado para desarrollar las cualidades de la compasión, la empatía y el amor hacia uno mismo y hacia los demás. El ECC integra prácticas contemplativas tradicionales con psicología contemporánea e investigación científica sobre la compasión. En este curso han participado tanto profesionales como mujeres destinatarias del proyecto.

La Doctora en psicología, Silvia Fernández, parte del equipo de Nirakara-Instituto de Investigación y Ciencias Cognitiva, nos ofreció dos talleres gratuitos sobre sobre mindfulness y compasión online con el objetivo de seguir sosteniendo y asistiendo el sufrimiento propio y ajeno durante el estado de alarma en la crisis del COVID-19.

Fruto de ello, se elaboró un vídeo que recogen algunos aprendizajes que queremos compartir.

“Creo que la compasión en el trabajo de Proyecto ESPERANZA es importante sobre todo porque trabajamos con mujeres que han pasado por muchísimo sufrimiento, que han sido víctimas de un delito muy grave, de una violación de sus derechos más básicos. La autocompasión es clave para escucharte a ti misma y darte lo que necesitas porque eso va a ayudar para que luego puedas estar en mejor disposición en el encuentro con los otros.” Añade Marta González Manchón. Coordinadora de Sensibilización de Proyecto ESPERANZA.

Marga García Alemany. Área de Detección e Identificación de Proyecto ESPERANZA afirma que ella pondría la compasión como una asignatura obligatoria para toda persona que se atreve con la responsabilidad de trabajar con personas que han sufrido violencia ya que este acercamiento a las mujeres que se han visto dañada en los afectos facilita su recuperación.

Iskra Orrillo, psicóloga y responsable del área de salud de Proyecto ESPERANZA añade: “Atendemos a mujeres de diferentes nacionalidades: vietnamitas, nigerianas, colombianas y las acompañamos en los procesos de recuperación tras una situación de violencia extrema. La autocompasión es una herramienta muy valiosa para las mujeres porque les ayuda en sus procesos de recuperación ya que por la violencia que han vivido sienten culpa y vergüenza.”

Ana Almarza, Directora de Proyecto ESPERANZA recuerda durante el vídeo que Proyecto ESPERANZA surgió hace 20 años en 1999 con la idea de acoger a mujeres migrantes que venían a España queriendo un futuro mejor, eran engañadas y se veían forzadas a estar en contextos de prostitución y al final reconoce el la contribución de Nirakara ya que el agradecimiento es mutuo y el inicio de muchas cosas que vendrán. Queremos caminar hacia una transformación social y sentirnos verdaderamente hermanadas.

Silvia Fernández de Nirakara hablaba del modelo de la compasión que proponía el Instituto de la Compasión y la Universidad de Standford que habla de la compasión como un proceso complejo y multidimensional donde primero tienes que mirar y darte cuenta que a tu alrededor hay dolor y sufrimiento sin olvidar que hay que mirarse hacia dentro y descubrir ese temblor del corazón que mueve internamente una emoción.

Nos quedamos con sus palabras para siempre en el corazón: He disfrutado mucho del curso porque he sido testigo del compromiso tan altruista. Vais a contracorriente porque no nos han enseñado a acercarnos al sufrimiento y vosotras sabéis acompañarlo.

Por último os queremos invitar a que visitéis el artículo completo en su blog. y aquí extraemos algunas ideas para abrir boca;)

Lo primero que me llamó la atención es el trato tan horizontal y cercano entre las mujeres que trabajan en Proyecto Esperanza y las mujeres a las que asisten. Entienden muy bien que la compasión no tiene que ver con la lástima. Implica una relación de igual a igual. Nadie está por encima de nadie.

Otra cosa que queda clara en el clima intercultural de Proyecto Esperanza es que la compasión consiste en abrazar tanto nuestra humanidad compartida (todos somos seres humanos imperfectos intentando ser felices y haciéndolo lo mejor que podemos) como nuestra humanidad no compartida. No todos tenemos la suerte de nacer con los mismos privilegios. Caer en la ceguera de ignorar el sufrimiento añadido al que se enfrentan grupos que se enfrentan con prejuicios (ya sean de género, raza, orientación sexual, nacionalidad, religión y un largo etcétera), impide la verdadera compasión.

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