“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”. Mary Wollstonecraft
Con motivo del 8 de marzo que se celebra el próximo domingo desde Proyecto Esperanza nos unimos a la celebración del #DíaInternacionaldelaMujer. Este es un día para recordar, conmemorar, y seguir avanzando en el reconocimiento efectivo de los derechos de las mujeres.
Desde Proyecto Esperanza, como decía la filósofa y escritora Mary Wollstonecraft, trabajamos día a día para que las mujeres víctimas de la trata recuperen el poder sobre sus propios proyectos de vida. A lo largo de los años hemos sido testigo de la fortaleza, valentía y resiliencia de las mujeres supervivientes de la trata.
Hoy 8 de marzo es fundamental señalar, una vez más, que la trata de personas no supone una violación de derechos humanos neutral en cuanto al género. Tal y como afirma la Declaración de Beijing, cuyo 25 aniversario celebramos este año, la trata es una forma de violencia basada en el género. Y no sólo lo es porque la mayor parte de las víctimas son mujeres y niñas, sino también porque determinadas formas de trata suponen, en sí mismas, violencia contra la mujer por el hecho de serlo. Las formas de trata para explotación que tienen una incidencia desproporcionada en mujeres y niñas son, como mínimo la trata para explotación sexual (comercial o no), incluida la pornografía, la trata para explotación laboral en sectores fuertemente feminizados, como el servicio doméstico o el trabajo en “salones de belleza” o en determinados sectores de la agricultura, la trata para matrimonio forzado, y la trata para la gestación de bebés para su posterior venta o para adopciones ilegales.
Es por ello por lo que desde Proyecto Esperanza abogamos por aplicar un enfoque de género transversal ante la trata que incluya una mirada de género en el análisis de las causas de la trata y de las situaciones de vulnerabilidad que viven las mujeres en sus países de origen antes de ser tratadas, y que contribuyen a crear condiciones sociales y económicas que limitan las opciones personales de las mujeres, facilitan la actividad de los tratantes y explotadores, y aumentan el riesgo de las mujeres de convertirse en víctima de trata (por ejemplo, edad, discapacidad, pertenencia a un grupo minoritario, desigualdad, pobreza, discriminación, violencia por razón de género, conflicto armado y desplazamiento).
Igualmente, creemos que es fundamental aplicar un enfoque de género que saque a la luz los factores de vulnerabilidad que son creados, favorecidos, o mantenidos, por los tratantes con el fin de maximizar el control ejercido sobre la víctima, y que son utilizados para someter, o para mantener, a las mujeres víctimas de la trata en situación de explotación durante el proceso migratorio y una vez en el país de destino (por ejemplo, desarraigo, dependencia, aislamiento, incluyendo aislamiento cultural y lingüístico y falta de redes sociales, desorientación y falta de conocimiento sobre sus derechos, condición jurídica irregular, y aprovechamiento indebido de relaciones afectivas o amorosas entre el tratante y la víctima).
En Proyecto Esperanza entendemos que aplicar un enfoque de género sobre las causas y las consecuencias de la trata no basta si éste no se acompaña de una mirada de género en los procesos de recuperación de las mujeres víctimas de la trata. La recuperación por parte de éstas de la sensación de seguridad, dignidad y control sobre sus vidas, es decir, del poder sobre ellas mismas, es nuestro trabajo y nuestro compromiso diario.
Para celebrar el 8 de marzo, este año Proyecto Esperanza ha organizado unas Jornadas Feministas que tendrán lugar a lo largo de toda la semana y que reunirán a mujeres supervivientes, profesionales y voluntarias. A lo largo de estas jornadas llevaremos a cabo actividades que fomenten el encuentro, la reflexión y la reivindicación, homenajearemos a aquellas mujeres impulsoras de derechos y avances relevantes en nuestras vidas, y celebraremos y reivindicaremos el reconocimiento efectivo de los derechos de las mujeres con nuestra participación en la manifestación del 8 de marzo.