Garantizando el acceso a la justicia y a una compensación efectiva de las víctimas de la trata de seres humanos
Proyecto Europeo Justice at last
Un enfoque basado en los derechos humanos implica identificar a las víctimas del delito como titulares de derechos y fortalecer su capacidad para ejercerlos, e identificar en paralelo a los Estados como titulares de deberes hacia las víctimas. De esta forma, derechos y obligaciones son dos caras de la misma moneda.
Entre los derechos de las víctimas que se convierten en obligaciones para los Estados destacamos la obligación de:
- Identificar a las víctimas.
- Ofrecerles información, protección y apoyo de forma inmediata y no condicionada.
- Garantizarles asistencia jurídica y participación en los procesos judiciales.
- Conceder a las víctimas de la trata de terceros países que se encuentren en situación irregular un período de restablecimiento y reflexión y un permiso de residencia y trabajo y/o en su caso protección internacional.
- No imponerles ni penas ni sanciones por los delitos o infracciones que se hayan visto obligadas a cometer como víctimas del delito.
- Reparar las violaciones de los derechos humanos que hayan sufrido, proporcionando a las víctimas vías de recurso efectivas y apropiadas.
El acceso efectivo al cobro de la compensación y de los salarios impagados son aspectos cruciales para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de trata y de delitos conexos. Para las víctimas de la trata de personas la compensación es un reconocimiento de la violación de sus derechos, de los daños que han sufrido y de los salarios que les son debidos y sirve como un instrumento de justicia restaurativa y de prevención.
La indemnización es un instrumento fundamental con fines reparativos, punitivos y preventivos.
Las víctimas de trata sufren una gran variedad de abusos físicos, mentales, económicos y a menudo sexuales. La explotación a la que han sido sometidas puede derivar en sufrimiento físico y problemas de salud, traumas y pérdida de su medio de vida. Facilitar el acceso a una indemnización y una compensación justa, ayuda y puede facilitar su proceso de recuperación integral, además de tener un componente de castigo y disuasión hacia los tratantes.
La sentencia obliga a quienes me esclavizaron a pagarme una indemnización de 125.000€ por los daños sufridos.
En la práctica, atentar contra mi vida y seguridad, mi dignidad, mi integridad física… se traduce en recibir 20€ trimestrales. Por lo tanto, dentro de 1.562 años habré recibido mi indemnización. Ahora entiendo por qué la trata de seres humanos es el segundo negocio más lucrativo del mundo.