María José Pérez Cejuela visitó hoy nuestro centro que atendió en 2010 a cerca de un centenar de mujeres para favorecer su integración social.

Este recurso residencial es financiado por la Comunidad de Madrid y gestiona el Proyecto Esperanza, funciona desde 1999 y su objetivo es atender y asistir de forma integral y especializada a las mujeres que se encuentren en condiciones de abandonar las redes de tráfico de personas. Así, las profesionales del recurso prestan apoyo para la adquisición o recuperación de habilidades y capacidades personales que permitan la autonomía y la integración en la vida social, laboral y económica.

Las mujeres también cuentan con atención médica sanitaria y reciben un tratamiento psicoterapéutico individual y grupal. Asimismo reciben atención jurídica para facilitar su acceso a la justicia, así como a una situación administrativa regular, para el ejercicio efectivo de sus derechos.

Las destinatarias son en su mayoría  mujeres jóvenes extranjeras, entre 18 y 40 años, procedentes de Europa del Este, de América Latina, Centro América, Caribe y África, con una dispersión  que supera los 19 países distintos. Durante el pasado año se atendió a 94 mujeres, de las cuales 57 entraron en este recurso por primera vez y  37 fueron continuidad del año anterior. El 36 % de las mujeres recibieron atención integral (residencial y no residencia) y al 64% se les prestó simultáneamente servicio de orientación jurídica, socio-laboral y mediación sanitaria, entre otros.

Tras recorrer las instalaciones  e intercambiar impresiones con los trabajadores y responsables del centro, María José Pérez Cejuela recordó que este tipo de centros “son fundamentales no sólo por el acogimiento de las mujeres e intervención en todas sus fases, sino por el posterior seguimiento y apoyo residencial”.

María José Pérez Cejuela visitó hoy nuestro centro que atendió en 2010 a cerca de un centenar de mujeres para favorecer su integración social.

Este recurso residencial es financiado por la Comunidad de Madrid y gestiona el Proyecto Esperanza, funciona desde 1999 y su objetivo es atender y asistir de forma integral y especializada a las mujeres que se encuentren en condiciones de abandonar las redes de tráfico de personas. Así, las profesionales del recurso prestan apoyo para la adquisición o recuperación de habilidades y capacidades personales que permitan la autonomía y la integración en la vida social, laboral y económica.

Las mujeres también cuentan con atención médica sanitaria y reciben un tratamiento psicoterapéutico individual y grupal. Asimismo reciben atención jurídica para facilitar su acceso a la justicia, así como a una situación administrativa regular, para el ejercicio efectivo de sus derechos.

Las destinatarias son en su mayoría  mujeres jóvenes extranjeras, entre 18 y 40 años, procedentes de Europa del Este, de América Latina, Centro América, Caribe y África, con una dispersión  que supera los 19 países distintos. Durante el pasado año se atendió a 94 mujeres, de las cuales 57 entraron en este recurso por primera vez y  37 fueron continuidad del año anterior. El 36 % de las mujeres recibieron atención integral (residencial y no residencia) y al 64% se les prestó simultáneamente servicio de orientación jurídica, socio-laboral y mediación sanitaria, entre otros.

Tras recorrer las instalaciones  e intercambiar impresiones con los trabajadores y responsables del centro, María José Pérez Cejuela recordó que este tipo de centros “son fundamentales no sólo por el acogimiento de las mujeres e intervención en todas sus fases, sino por el posterior seguimiento y apoyo residencial”.

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